Un momento para volver a tu centro. Para tejer calma, como antes.
Duración total: 10 minutos
1. RESPIRÁ CONSCIENTEMENTE (2 min)
Inhalá por la nariz contando hasta 4, retené 4 segundos, exhalá en 6.
Hacé 3 repeticiones, sintiendo cómo el cuerpo se va aflojando.
2. ENCENDÉ UNA VELA O AROMA NATURAL (1 min)
Elegí un aroma que te conecte con la tierra y la calma: lavanda, eucalipto, madera.
Este es tu inicio, tu señal de pausa.
3. ABRIGATE CON UNA TEXTURA QUE ABRACE (1 min)
Ponete tu tejido favorito de Hojarasca. Sentí su peso, su calidez.
Como los que tejían nuestras abuelas, despacito, con dedicación.
Prendas que llevan tiempo, que no apuran nada. Que nos recuerdan que todo lo importante se hace así: con alma.
4. TOMÁ UNA INFUSIÓN (2 min)
Un té que te nutra. Cedrón, manzanilla, rooibos o lo que te haga bien.
Sostenelo entre tus manos, mirá el vapor, y sentí su calor.
5. ESCRIBÍ 3 COSAS QUE AGRADEZCAS (2 min)
No tienen que ser grandes cosas.
Podés agradecer por tu cuerpo, por una conversación, por el sol.
Este gesto simple cambia tu energía.
6. PONÉ MÚSICA SUAVE Y SOLTÁ (2 min o más)
Dejá sonar una canción tranquila.
Sentate, acostate, o simplemente mirá por la ventana.
No hagas nada. Estás bien así, ahora.
Lo simple, cuando se vuelve ritual, transforma.
:)